La persistencia de la memoria

Son legión las ocasiones en las que, desde esta bitácora, he confesado mi afición a la radio, una comunión intelectual y sentimental que me ha convertido en adicto a los Asuntos propios de Toni Garrido o a La rosa de los vientos del maestro Cebrián (D.e.P.). En el podrido mundo maniqueo que vamos dejando en herencia a las nuevas generaciones en lo que a lo que a contenidos de medios de comunicación se refiere, cada vez resulta más complicado descubrir espacios que se atrevan a hacer de sus programas un dechado de cultura, información y entretenimiento. Hace un par de días tuve el honor de que uno de esos programas, A cielo abierto, considerara que mi relato Cambio de hora merecía ser el ganador en el certamen de microrrelatos que habían convocado. Desde aquí me gustaría mostrarles mi agradecimiento, tanto por el premio como por su forma de entender la radio. Así pues, muchas gracias a todo el equipo de A cielo abierto por hacer un poco más cortas las largas noches de insomnio.

En cuanto al relato, un arrebato metafísicoamoroso publicado en este blog hará un par de meses, sólo narra el intento de recuperar una hora de mi vida, la hora que transcurrió desde el segundo que tardó el reloj en pasar de las 1:59:59 a las 3:00:00 el pasado 28 de marzo, la hora que por arte de birlibirloque desaparece cada año una madrugada de primavera porque a las dos son las tres. Pero... ¿por qué no intentar retenerla? ¿Por qué no vivirla en ese segundo? ¿Por qué no llenarla con un recuerdo que, aun durando un instante, vale una vida?

En este vídeo podéis escuchar la locución del relato, aunque os aconsejo descargar el podcast para escuchar todo el programa. El fallo del jurado y la locución van antes y después del recomendable monográfico sobre Pablo Coelho.



Imagen: La persistencia de la memoria, de Salvador Dalí.

6 comentarios:

Anele dijo...
24 de junio de 2010, 18:49

Vaya, el blog ha cambiado en los minutos que he tardado en leer tu texto de Marzo...Yo por aquél entonces no leía.

Me encanta las sorpresas aunque sean tan simples como un cambio de plantilla.

Un beso"J"

Deberian estar prohibidos los robos de los tiempos...qué a veces encima se te llevan el alma. y luego por ahí zombi perdio...¡¡Mi alma, mi alma ¿anda está mi alma?!!

Emmmm....¿Labios como espadas? emmmm...¿Por qué labios como espadas?...Filos de lo imposible ¿Me dejas llamarte así?

Beso
;)

J. dijo...
24 de junio de 2010, 20:16

Anele: Bienvenida de nuevo por estos lares. Al alma le pasa como al carro de Manolo, que en nada que te despistas, aparece alguien y se la lleva. Lo de Labios como espadas es por la intención primigenia de este blog, que se ha ido deshaciendo con el paso del tiempo, y en homenaje al gran Aleixandre. Y llámame como quieras, aunque ando más romo que punzante últimamente. Un beso.

Anónimo dijo...
25 de junio de 2010, 8:54

Mi más sincera enhorabuena por el premio.

Y tiene razón, cada vez es más difícil encontrar algo digno. Buestro legado es patético.

Un abrazo y feliz fin de semana.

Desclasado dijo...
25 de junio de 2010, 17:20

Las dos primeras que me tome esta tarde de viernes, van a ser a tu salud, camarada.
Enhorabuena, esto hay que regarlo.

J. dijo...
25 de junio de 2010, 17:42

Bogart: Gracias. Ahora que estoy inmerso en el estudios de los Ismos de principios del siglo XX, creo que acabas de inventar uno nuevo. Al escribir Buestro y estar situada la B entre la V y la N en el teclado, es como si repartieras la culpa entre vuestro (vosotros) y nuestro (nosotros), en una nueva especie de vanguardia literaria que utiliza el lugar que ocupan las letras en los teclados de los ordenadores para enviar mensajes subliminales cargando, con la alteración de la sintaxis y la ruptura de las reglas ortográficas, de un componente ultrasemántico a tus textos más allá de lo evidente. Podríamos llamarlo Bogarismo. También puede ser que ya va siendo hora de intentar dormir un poco.

J. dijo...
25 de junio de 2010, 17:45

Desclasado: Brindaremos pues, en la distancia, por todos los brindis que aún nos quedan. Gracias.