Papá, mamá... Yo quiero ser El Duque.

Dostoievski, Borges o Neruda en literatura; Kubrick, Buñuel o Wilder en cine; Bowie, The Beatles o Pink Floyd en música... Cada cual es libre de seleccionar sus referentes, de acercar a su formación humana el ascua de una u otra hoguera, de aprehender más allá de aprender. El problema surge cuando el abanico de elecciones se reduce a un puñado de escoria y se agrava por la falta de criterio del que elige. El resultado no es otro que la deformación, que la involución hacia el desconocimiento. Los pilares de cada uno de nosotros se construyen en nuestra pubertad, prisioneros de una adolescencia que nos transmuta en esponjas superabsorventes precisamente cuando más frágiles somos. Nuestros jóvenes aprenden poco a poco a normalizar comportamientos vacuos, estúpidos y faltos de cualquier asiento moral. Miras a tu padre, que se deja el alma en la obra desde las siete de la mañana para pasarlas canutas a fin de mes cuando a ti te pueden pagar millonadas por enseñar las tetas en Interviu, y el camino al éxito social es una alfombra rosa cuando escupes que te has acostado con no sé qué folclórica jurando mil veces que no es un montaje sino amor verdadero transoceánico. Cualquier chaval de secundaria es incapaz de citar a tres premios Nobel de cualquier categoría, de cualquier nacionalidad, pero recita la lista de concursantes de Gran Hermano sin esfuerzo, y además se congratula de poder hacerlo. El héroe no es el científico, sino el narcotraficante que presume de coches y chicas guapas una vez a la semana en Prime Time. Hoy los referentes sociales son un puñado de descerebrados, incultos o delincuentes, y hacemos poco o nada por evitarlo. El esfuerzo, el trabajo y el talento agonizan: se impone el todo vale y el camino fácil y cómodo. El germen lo ponemos nosotros, los adultos. En unos años, la cosecha no precisará de herbicidas o insecticidas. La cosecha misma será la plaga.

7 comentarios:

Laura dijo...
16 de octubre de 2008, 17:07

Cómo me ha gustado que hayas escrito un post referente a este tema. Estamos en los años del desinterés. Las cosas que realmente importan de este mundo van poco a poco quedándose atrás y cada vez el rastro cultural en este país se va marchitando con más rapidez. Ojala, España deje de ser el lugar de bobalicones que es hoy en día.

Un abrazo.

.elena ortiz dijo...
17 de octubre de 2008, 15:55

hola señor j,
es tan triste que tengas tantísima razón. tengo veinte años y vivo rodeada de lo que tú llamas la plaga. mi prima de 15 años podría decirte todos los tipos de música tecno que existen en el mercado comercial, pero no esperes que conozca algún libro (exceptuando El código da Vinci o El niño con el pijama de rayas, claro). y es que esto es así. nos vamos haciendo cada vez más tontos mientras Ana Rosa Quintana está en los anuncios. ¿pero qué podemos esperar de los que se buscan el coma etílico por ser el más guay del grupito?

y te lo digo yo, que tengo 20 años, y lo sufro desde dentro.

un abrazo
:)

p.d: gracias.

Maine dijo...
17 de octubre de 2008, 16:05

He llegado aquí arrastrada por el verso -inverso- de Aleixandre, y me alegro de haberr leído esto porque es exactamente lo mismo que pienso yo. Llevo reiterando mucho tiempo que el ser humano es infinitamente estúpido.
Hace poco leí que si en el siglo XIX los aficionados a la literatura soñaban con escribir "Guerra y Paz", ahora el equivalente sería escribir los guiones de "Perdidos", y eso no está del todo mal... lo verdaderamente preocupante es tener como máxima aspiración salir en la portada de Interviu, aunque, si te digo la verdad, he llegado a un punto en que estas cosas, los adolescentes y su inercia, me preocupan muy poco. Yo sí he leído "Guerra y Paz", así que todo lo demás me da igual.
Un saludo.

En la nevera dijo...
20 de octubre de 2008, 17:38

Bueno, siempre podemos albergar la esperanza de que "El Duque" se presente a las elecciones generales y salga elegido Presidente del Gobierno. Ya que la cosa se mueve por impulsos, mejor que los que lleven a un tipo a la Moncloa sean de índole sexual. De este modo, a la ya famosa coletilla de "tenemos un presidente tonto", podríamos añadir "sí, pero seguro que folla de puta madre".

Un abrazo desde la nevera.

Raquel Bermúdez dijo...
27 de octubre de 2008, 12:35

Bueno, para eso están blogs como el nuestro,
para variar el tipo de descerebraos dentro de la misma especie xDDD Qué pena, pero es así, somos todos hermanikosss xDDDDDDDDDDDD

Galina dijo...
27 de octubre de 2008, 19:46

Mi amado superó su faltas de inspiración desde que toma melatonina. Y duerme mejor. :)
Aquí la venden libremente, ahí creo que no, pero hay formas, claro, porque no es una droga.
Nunca entenderé que en una teórica Unión Europea en la que está acordada la libre circulación de personas y bienes se pueda vender Red Bull en España y que esté prohibido en Dinamarca.
¡Misterios de la democracia!
:)

Demián dijo...
29 de octubre de 2008, 1:54

Agudo, certero y oportuno este trabajo. Disfruté leyéndolo. Bonita la forma y muy real el fondo.
Te visitaré más veces.