Lengua de trapo

Algunas veces siento que no se me entiende cuando escribo este blog, que en algún punto entre mi cerebro y el de aquél al que me dirijo, el sentido de mis palabras se pierde por el camino, se contorsiona y distorsiona, disfraza, intoxica... qué se yo. Si lo supiera igual hasta intentaba ponerle remedio. Trato de no decir las cosas a las claras, de ocultar en cada post señales que desvelen mi verdadera intención, signos que deban interpretarse para concluir que estoy siendo irónico, incluso que estoy diciendo lo contrario de lo que pienso. Lo hago así porque me resulta más divertido y porque tengo esta estúpida costumbre de mancharlo todo con dobles sentidos. Lo hago así porque nos va sobrando información y nos va faltando criterio para interpretarla, porque nos hemos convertido en unos lobos que educan a sus hijos a base de playstation y Disney Channel. Unos lobos que miran, plácidamente sentados a la mesa, cómo al otro lado del televisor, en un lugar lo suficientemente lejos para que no nos salpique la miseria y se nos mezcle con las gambas, nos matamos los unos a los otros unos minutos antes de que Valentino presente su colección primavera-verano. Lo hago así porque he llegado a la conclusión de que la información no sirve de nada. LA INFORMACIÓN NO SIRVE DE NADA, y no sirve de nada porque nos ha sepultado, nos ha anestesiado y lo que es peor, va camino de inmunizarnos contra la peligrosa peste del sentido común, porque hemos perdido la capacidad de discernir y lo más importante en estos extraños días es si juega Raúl el domingo o cuándo empieza Gran Hermano. Lo hago así porque es necesaria y urgente una reflexión, cualquier reflexión. Lo hago así porque somos un puto pan y circo de mierda, y esta vez no puedo decirlo más claro. Hablo de gobiernos, de escritores, de música y televisión, de políticos y de no sé cuántas cosas más, y en realidad no hablo de nada porque nadie me escucha.

1 comentarios:

Sensei Katorga dijo...
27 de septiembre de 2008, 11:31

Nadie te escucha pero alguien puede leerte desde sitios insondables para tu mente. Mundo difícil éste de los blogs que no ofrecen mierda y "meaos" sino reflexión, paciencia y escapatoria a ese submundo de subcultura y tremenda falta de originiladidad en que se ha convertido la televisión de nuestros días. Todo está prefabricado ya, nada escapa al consumismo extremo al que nos hemos mal acostumbrado y al que ahora lloramos asustados ante las lacerantes palpitaciones de una crisis no tan en ciernes como podemos creer; la literatura se fabrica y no se crea, el cine es agasajado por infumables mierdas palomiteras para domingos de bartola y post-siesta, la música es el espejo de la sociedad del rápido triunfo y el opíparo descalabro... Bueno, nada más que decir, mucho más que callar, mi primer comentario, nunca el último, un saludo desde la katorga. Siempre nos quedarán los clásicos.